Según el último informe mensual de recaudación de la Agencia Tributaria, los ingresos homogéneos del impuesto sobre Sociedades crecieron hasta octubre un 25,6%. Además, en los 10 grupos con mayor pago, exceptuando dos, el pago es 2,5 veces el que se hizo el año pasado, suponiendo un aumento de más de 2.400 millones. Esto puede dar a entender que las empresas españolas están ganando más dinero que nunca y por ello, la recaudación fiscal derivada del impuesto de sociedades se disparará, pero no se espera así.
Este aumento se debe en parte al efecto de la recuperación económica, en parte al incremento de la inflación y también hay que resaltar la importancia que está teniendo la reducción del fraude fiscal. Sin embargo, el dato más interesante es que este aumento de la recaudación es debido a que los pagos fraccionados mínimos de las grandes empresas grandes se realizan directamente sobre el resultado contable, no sobre la base imponible.
Las grandes empresas están ganando más dinero que el año pasado, declarando un resultado contable positivo de 281.456 millones de euros, un 18,76% más que en el mismo periodo que el año pasado y aunque esto es positivo, recaudar más en los pagos fraccionados, no quiere decir que se recauden más de las empresas, ya que se incrementarán, como en el año pasado, las solicitudes de devolución.
El año pasado se recaudó más en los pagos fraccionados, pero también hubo más devoluciones. Aunque el resultado contable fue superior, en la declaración anual del impuesto hay que tener en cuenta que el resultado de las grandes empresas proviene del exterior (son plusvalías y dividendos bonificados, que quedan exentos) y que se pueden compensar las bases imponibles negativas, pérdidas fiscales, pendientes de años anteriores.
Por estas razones no se puede esperar que, aunque las empresas ganen y declaren más, la brecha del déficit se cierre con el impuesto de sociedades. Para reducir esta brecha podemos seguir confiando en que la inflación y la lucha contra el fraude mejoren los ingresos, instaurar nuevos gravámenes para que las empresas contribuyan más y debemos plantearnos la reducción del gasto público en general.